miércoles, 19 de junio de 2013

Deporte en estado puro

Ayer presencie algo, algo impactante, maravilloso, monstruoso, mágico, algo que me dejo exhausto y cansado, algo que requirió cada fibra de mi cuerpo para entenderlo, algo que me mantuvo de pie todo el momento y que, al final, solo pude ver la repetición para creérmelo por completo. Fue el juego 6 de las finales entre el Miami Heat y los San Antonio Spurs.

Aclaro que este post va dirigido principalmente a la NBA y el partidazo del que fuimos testigos.

Todo comenzó con una ráfaga: desde el primer minuto tanto los Spurs como el Heat entraron con todo, los primeros con la motivación de que finalmente se lleven el tan preciado anillo, mientras que Miami con la intención de alargar a un juego mas y poder refrendar su título. Los dos comenzaron de manera increíble: por donde disparaban entraban, 27-25 favor Miami después del primer cuarto pero con la impresión de que en cualquier momento explotarían. Así fue: Tim Duncan empezó a jugar como Zeus asestando todo y bajando todo... 30 puntos... !17 rebotes madre mía¡ en el segundo cuarto la defensa de los Spurs ajusto  y terminaron 50-44. Duncan seguía encendido, pero Spoelestra, un mago en la estrategia hizo ajustes necesarios... 25 puntos en la primera mitad, 5 en la segunda. Ni Parker, ni Ginobilli hacían lo suficiente pero extrañamente el equipo funcionaba a base de jugadores como Thiago Splitter o Danny Green, funcionando cuando les tocaba. Mientras tanto el Heat funcionaba sacando canastas invisibles. ¿Lebron James?, solo 14 puntos en los primeros tres cuartos. Su equipo lo necesitaba, entonces se quito su bandita en la cabeza y apareció el Rey, 16 puntos en el 4 cuarto incluyendo uno de los dos triples salvadores al final. El Heat entraba perdiendo 75-65, y se desató la tormenta, James encestaba, Wade encestaba, Bosh reboteaba, todo, el Heat se extendió hasta el máximo, Mike Miller por ejemplo perdió al zapatilla, y en vez de pararse !siguió jugando como si nada¡, minutos después vino un triple hermoso.


Pero lo lograron, se pusieron en ventaja 87-84, sin embargo los Spurs no se dejaron ir... y luego, a falta de 20 segundos ganaban 94-89, práctimanete sentenciado, cuando entonces James se dejo de estupideces y embocó el triple que ponía 94-92 el asunto, luego Leonard fallaba un tiro libre cuando entonces Poppovich cometió un error: alineó una defensa con cinco perimetrales para evitar el triple, pero el problema es que no se le ocurrió la posibilidad de un rebote ofensivo, Duncan estaba en la banca. James falló el triple. Bosh bajó el rebote. Ray Allen metió un triple de dioses.



Eh visto muchas cosas, vi el pase a Vernon Davis hace dos años, a Jacoby Jones de  este año, vi el triple salvador de David Freese a un strike de la derrota, vi el gol de Didier Drogba hace dos años en la final de la Champions. Pero este triple, esta canasta... simplemente es algo único.

No estoy en posición de decir que fue mejor de todos ellos, cada uno tiene sus argumentos debido a la dificultad. Lo que si les puedo decir es que ayer, lo que vi fue deporte, DEPORTE, en estado puro. Dios mío, como amo esto. Amo el estar de pie. Amo el emocionarme y gritar mientras mis padres me gritan que me calle. Amo el poner mis manos en mi cara como si estuviera rezando. Amo esto. Amo el basquetball, amo el baseball, amo el futbol, amo el football americano. Amo el deporte.

Estos son los momentos mágicos que nunca se olvidan, que quedan en al retina grabados para siempre.

Este es el deporte, este espectáculo, estos hombres haciendo cosas que no esta al alcance de nosotros los mortales. Se llamo Ray Allen, Joe Montana, Pelé, o Babe Ruth. Lo de ayer fue un milagro que no se repetirá en muchos años mas. Alabado sea el señor.

Deporte en estado puro.

Correo: ocap_300@hotmail.com / Twitter: @clarkmorales

PD: Dedicado a mi buen amigo Javier Sandoval amante de este hermoso deporte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario